¡Sal de esta mente bloqueo!

Pues hoy, estuve pensando.

¿De qué puedo escribir hoy? ¿Qué les cuento a estos insensatos que no tienen otra cosa mejor que hacer que leer mi blog?
¿Videojuegos?
No, ya he puesto varias entradas seguidas de eso.
¿Películas?
No he visto ninguna así interesante últimamente.
¿Series?
No he visto tampoco nada nuevo ni me he terminado ninguna temporada.
¿Sacrificios rituales satánicos?
Todo el mundo sabe que de esas cosas se hablan en Verano e Invierno, que es cuando se hacen. Ningún demonio acude a la llamada en Otoño y Primavera.
¡Joer Mario que plasta! ¡No se te ocurre nada!
¡Pues ya está! ¡De eso hablaré!
… ¿De qué? …
¡De los bloqueos!
J

¿Qué hacéis cuando os bloqueáis? Ya sea escribiendo vuestra novela, un trabajo o una solicitud para que te acepten como sacrifico en una secta. ¿Cómo te desbloqueas? Pues haciendo lo que acabo de hacer: cambiando de punto de vista.

¡Haz otra cosa!

Cambia el encuadre. Si te has bloqueado en tu escritorio, sal a dar una vuelta, vete a hacer la compra o ponte a hacer croché. Cambia. Haz algo diferente. De esta manera tu cerebro, que es muy tonto cuando quiere, dirá: ¡Uy! Ya no estoy en el escritorio, ya puedo dejar entrar a las musas.

Eso sí, hacer algo que os deje la mente libre y no ocupada. Es decir, no os pongáis a ver una película, ni a jugar a un juego, ni a leer. Tenéis que tener la mente “libre” sin llegar a estar ocupada en otra cosa. Porque si la mantenéis ocupada, el bloqueo permanecerá ahí, agarrado con uñas y dientes gritando “¡nunca me sacarás de aquí!”. Mientras que si haces algo para desconectar tu cerebro, ese bloqueo saldrá corriendo como si hubiera rebajas en la tienda “todo para tu mazmorra”.


A mí, por ejemplo, me ayuda darme una ducha, limpiar la cocina, salir a comprar, dar un paseo o ir al gimnasio. A ti puede que algunas cosas también te ayuden (las duchas sin compañía picarones) o puede que no. Simplemente buscar aquello que os ayude a liberar la mente.

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