Anna Karenina

Ayer, domingo, día internacional de sofá y película entre otras cosas, tocó irse a Rusia para ver un peliculón.

Anna Karenina.


La verdad es que es una película que tenía muchas ganas de ver y ayer fue el día.

De primeras, nos encontramos con una película basada en un libro del mismo título, escrito por Tolstói. De segundas, nos encontramos con un reparto que, en mi humilde opinión, es bastante bueno.

La historia transcurre en Rusia, en el siglo XIX y cuenta la historia de Anna Karenina (Keira Knightley, Orgullo y Prejuicio, Piratas del Caribe, Love Actually), una princesa Rusa (Aunque en la película creo recordar que nunca la llaman princesa, aunque sí dejan claro que es de la nobleza) que viaja a Moscú para ver a su hermano Oblonsky (Matthew Macfayden, Los tres mosqueteros, Orgullo y Prejuicio) ya que le ha puesto los cuernos a su mujer (Kelly Macdonald, Brave, Harry Potter y las reliquias de la muerte, La niñera mágica) y va a mediar, ya que en aquella época el divorcio era lo peor que podía ocurrirle a una mujer. Aunque, en el viaje, conoce a la Condesa Vronsky (Olivia Williams, El séptimo hijo, x-men la decisión final, El sexto sentido) y a su hijo (Aaron Taylor-Johnson, La era de ultron, Kick-ass, Godszilla) del cual rápidamente se siente atraída, sentimientos con los que lucha al volver a casa con su marido (Jude Law, Sherlock Holmes, Espías, El gran hotel Budapest). Mientras todo eso pasa, también nos presentan a Levin (Domhall Gleeson, Harry Potter, Ex Machina, Star Wars VII) que está profundamente enamorado de Kitty (Alicia Vikander, El séptimo hijo, ex machina, Operación U.N.C.L.E.). Así que, con todo este reparto, tenemos entre manos una película que va a hablar del amor y el desamor en una sociedad bastante peculiar.

Bueno, como podéis ver, hay personajes a cascoporro. No sé si había rebajas cuando el autor escribió la obra pero hay muchos personajes por todos lados. Y eso sin contar con los secundarios que van saliendo que también son caras conocidas del cine y la televisión británica. Así que me pasé la primera hora de película preguntando ¿quién es este? Incluso, al terminar, tener que buscarlo en internet porque algunas relaciones entre los personajes no las tenía muy claras.

Por otro lado, la película está prácticamente echa en un teatro. Me explico. La mayoría de los escenarios están hechos en el teatro, de manera que cuando un personaje va a dar una vuelta “por la ciudad” se ve que está paseando por los puentes que hay sobre las luces del teatro, donde hay un montón de gente por ahí paseando haciendo lo que sería su vida normal. De manera que, en este sentido, es una película curiosa, pero de forma positiva. El ritmo que tiene, los cambios, las transiciones… Todo eso hace que, solo por este detalle, merezca la pena verla. Aunque, en mi opinión, es algo que sobre todo está presente la primera hora de la película, ya que el resto tiene más decorados en exteriores que son fuera del teatro. Pero aún así, merece la pena verla.

Luego, si esto no es aliciente suficiente, el reparto es el otro punto. Todos los actores creo que lo hacen de forma espectacular. Se nota que son muy buenos actores porque, comparando esta película con otras que suelen hacer, se ve un cambio de registro. A mí, personalmente, me ha hecho gracia ver a los protagonistas de Orgullo y Prejuicio trabajando juntos y con un cambio tan fuerte, sobre todo en él, que en la película hace del hermano de Anna, un hombre casado, alegre, risueño y un ligón empedernido, mientras que en Orgullo y prejuicio es más seco que una tabla de madera.

Y si con todo esto no es suficiente, el tercer punto es el vestuario. Ganó el Oscar en esta categoría y lo merece. En ellos no se aprecia tanto, pero los vestidos de ellas son... ¡Impresionantes! 


Tampoco me quiero enrollar mucho, así que mi recomendación es que la veáis y la disfrutéis.

Comentarios