Pues bueno, si estuvisteis
atentos a mi Twitter e Instagram, sabréis que estas navidades las he pasado en
Estados Unidos, así que hoy quería dedicar el blog a contaros un poco la
experiencia y lo que me había parecido.
Y, aunque esta historia se
desarrolla en Navidades, sus comienzos se dieron en verano. Y es que en esa
época vino a visitarnos a Madrid una amiga que está viviendo en Boston. Trabaja
allí desde hace un par de años y vino a pasar el verano a casa. Nos juntamos todos los
amigos para verla y, como suele pasar, lo que comenzó como una broma, terminó
convirtiéndose en una realidad:
- ¿Cuánto puede costar un vuelo a
Nueva York?
En un plazo de dos semanas ya
teníamos todos los vuelos comprados. Al final la idea era salir de Madrid el 26
de Diciembre dirección Boston, pasar allí un par de días y luego ir a Nueva
York a pasar el fin de año y estar allí hasta el día 3 de Enero. Porque claro,
Nueva York la teníamos que ver en Navidades, ¡con todas las luces puestas! Así
que escoger fecha no era complicado.
Por suerte, nuestra amiga de
Boston se encargó de hacernos todo el plan, la ruta turística y todo de todo,
de manera que nosotros no tuvimos que preparar nada prácticamente.
Y así llegamos al ansiado día 26
de Diciembre.
Vuelo Madrid-Londres con escala
de seis horas y luego vuelo Londres-Boston. Si os preguntáis por qué así,
sencillo: era más barato. Un vuelo directo a Nueva York se nos pasaba de
presupuesto. Sin embargo un vuelo a Boston era un poco menos caros, y si a eso
le añadimos la escala, mucho menos. De manera que el precio final del vuelo se
nos quedó a la mitad.
Tengo que decir que al ser cinco
personas, la escala no se hizo tan larga. Aprovechamos para comer, charlar,
hablar y compartir nuestros nervios.
El vuelo se me hizo rápido, tengo
que reconoceros. Por suerte cada asiento contaba con una tele con películas,
series y algunos juegos, así que aproveché (Bajo la misma estrella, Deadpool y
Adam, aunque esta última solo la mitad).
¡Y así llegamos a Boston!
Frío, sí. Mucho frío. Aunque no
mucho más que en Madrid. Todos íbamos algo cagados porque nos habían dicho que
había temperaturas bajo cero y que el frío era tremendo. Así que íbamos preparados
con mayas térmicas, calcetines gorditos y grandes abrigos. En general, sí,
pasamos frío en el viaje, pero lo normal que se puede pasar en Madrid en
invierno (a la vuelta ha sido cuando ha empezado a nevar sin parar jaja)
Llegamos, nos tiramos en el sofá
y empezamos a morir poco a poco… Hasta que llegó la cena: pizzas. Muy ricas en
verdad, aunque a esas horas (allí eran las diez de la noche pero para nosotros
creo que eran como las tres de la mañana) cualquier cosa estaba rico.
Ese día pronto a la cama y a
recargar pilas para el día siguiente.
Primer día en Boston (o segundo
si contamos el anterior): turismo.
Una de las cosas que más me gustó
de la ciudad es que tenía historia. Otras ciudades americanas no tienen nada de
historia (como el caso de Nueva York), sin embargo Boston sí. Nuestra amiga nos
había dicho que viéramos una serie antes de ir —Sons of liberty —para tener
todo más claro allí y la verdad es que vino muy bien. La serie habla sobre el
comienzo de la independencia de Estados Unidos, la cual comienza en Boston, con
las revueltas, el famoso lanzamiento del té al mar y esas cosas. Así que fuimos
recorriendo la ciudad repasando la historia.
Inglaterra recauda impuestos a
los Colonos. Esto crea tensión entre ambos lados que al final termina
explotando. Se dan luchas, enfrentamientos y muertes. Inglaterra manda más
tropas. Los colonos se empiezan a agrupar. Al final los diferentes estados se
alían bajo una misma bandera contra los Ingleses dando comienzo la guerra de la
independencia (esto provocará más adelante la revolución francesa).
Como supondréis me he saltado
muchos detalles y datos, pero os animo a buscarlos en los libros de historia o
a vuestro profesor.
¡De regreso a la actualidad!
Entre medias pues alguna cerveza, café, bolos y cena. Por supuesto,
hamburguesa. Y recordar, una buena hamburguesa está hecha a la parrilla y no a
la plancha. ¿Por qué? Porque a la parrilla la grasa cae al fuego, mientras que
en la plancha se termina mezclando todo y es más perjudicial.
A parte de la parte histórica,
también dimos un paseo visitando el M.I.T. y Harvard. Unas pocas compras y a
preparar motores para Nueva York.
Antes de seguir decir que me di
cuenta en Boston que no hay coches utilitarios pequeños. Los normales de tres
puertas, ¡no existen! Todo eran cuatro por cuatro, rancheras o coches enormes.
En consecuencia, los carriles y las calles eran más grandes que en España. Digo
esto porque esta sensación de “a lo grande” se hacía mucho más patente al
llegar a Nueva York.
Y es que cuando dicen que es la
gran manzana, en realidad es la GRAN manzana. ¡Todo es enorme! Era mirar hacia
arriba y solo ver rascacielos o edificios gigantescos. Las calles eran inmensas
y todo era a lo grande. Si a esto le añades las luces de Navidad, ¡hace una
combinación increíble!
¡El caso! Tras unas seis horas de
autobús, con atasco incluido, llegamos a Nueva York. Primera parada en el 5
guys, la hamburguesería. Nos moríamos de hambre. Así que algo rápido que nos
sentó de lujo. Después al apartamento a dejar las maletas y a coger el metro para
dar una vuelta.
Decir que el metro de Nueva York
es una locura. Pero una locura. Según si es fin de semana, festivo o día de
diario, hay líneas que funcionan y otras que no. Por no hablar que hay andenes
que comparten líneas, por lo que tienes que estar atento. Si esto no era
suficiente, también hay trenes expres que se saltan paradas… Toda una aventura.
Pues dimos una vuelta, vimos la
fachada del edificio de Friends y nos
tomamos unas cervezas en un sitio que nos encantó. Debía ser un antiguo almacén, porque era un espacio amplio de ladrillo. Nos encantó.
tomamos unas cervezas en un sitio que nos encantó. Debía ser un antiguo almacén, porque era un espacio amplio de ladrillo. Nos encantó.
Y después de este primer día, los
siguientes fueron edificios, edificios y más edificios, con alguna que otra
compra. Basicamente en Nueva York no vas a hacer turismo, o al menos no la idea
que tenemos de turismo que es ver edificios antiguos. Aquí los edificios más
antiguos pueden tener 300 años, cuando nosotros estamos acostumbrados a
catedrales, iglesias, castillos o mansiones de casi el doble y más. Y era
peculiar ver una catedral neo-gótica de hace 100 años rodeada de rascacielos.
Aprovechamos para hacer visita
rápida al Museo Metropolitano, al de Historia Natural y el Moma (aunque a este
no entramos todos por dinero y falta de tiempo). Salvo este último, que costaba
entrar 25$, el resto la entrada era gratuita, aunque te recomendaban dejar un
donativo.
Y esto fue el viaje a Nueva York.
Añadir que todo era muy caro. Comer, el transporte y las tiendas. Todo era
carísimo. Libros que aquí te pueden costar quince euros, allí podía ser el
doble. La ropa igual. ¡Todo! Lo único positivo es que todas las tiendas, en
algún artículo o zona, solían tener rebajas. Lo que nos contaba nuestra amiga
es que allí las rebajas son todo el año, así que era un plus. Aunque todo
seguía siendo demasiado caro.
Y para terminar el viaje,
teníamos que hacer un vuelo Nueva York-París, escala y luego París-Madrid. Pues
bien… El vuelo de París nos lo retrasaron y al final cancelaron… Sí… Fue un
momento muy divertido… La suerte es que desde el aeropuerto nos llevaron a un
hotel (completamente gratis) donde pasar la noche para coger un vuelo al día
siguiente. También tuvimos la suerte de que nos pudieron encontrar un vuelo
desde París. Todo fue un poco más complicado que todo esto pero no os quiero
aburrir.
¡En definitiva!
¡Me ha gustado mucho! ¡Lo he
disfrutado! ¡He aprendido mucho! He cogido más confianza con mi inglés (me he
dado cuenta de que no es tan malo como pensaba), visto ciudades nuevas y
culturas diferentes.
¿Repetiría?
¡Sí!
Es cierto que nos hemos dado un
poco la paliza (y sin el poco). Pero lo bueno de esto es que, cuando volvamos,
pues nos podremos dedicar a ir de cafeterías y disfrutar a otro ritmo, a parte
de ver las cosas que queramos con más calma.
Si no habéis ido, ahorrar e ir.
Ya os digo que los vuelos como tal no son demasiado caros, aunque preparar la
cartera para cuando estéis allí.
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