Como os dije el último día, me
editor, Fabián, ya me mandó la primera revisión. ¿Esto qué quiere decir? Pues que yo le
mandé el manuscrito en su día, el cual se ha leído y me ha anotado una serie de
cosas que tengo que mirar, cambiar o re-estructurar.
Así que, ya empecé a meterle
mano. Aún no lo he leído y revisado entero (¿tiempo? ¿Qué es eso?) pero al
menos tengo algo avanzado.
¿Qué he visto? Pues muchas cosas.
En primer lugar, que mi Editor seguramente se tenga el cielo ganado. Está constantemente disponible
y me resuelve todas mis dudas con una paciencia infinita. Cosa que me
tranquiliza mucho. Soy un poco desastre (vale, sin el poco) y la verdad que
tener a alguien ahí aconsejándote y ayudándote en lo que no sabes siempre se agradece. Además, lo dicho, tiene una paciencia infinita y,
cuando ha surgido el dilema de cambiar algo que él consideraba y que yo no, en
ningún momento impuso su palabra ¡nada parecido! Se habló tranquilamente del
tema. Así que, en este aspecto, estoy mucho más tranquilo que cuando empecé.
En segundo lugar, que soy un
desastre. No me refiero a temas de historia como tal, sino de estructura
narrativa, reglas, anotaciones, tabulaciones, sangrías, signos de puntuación…
Cuando me puse a escribir Los Descendientes solo quería eso, escribir. Y eso
hice, escribir y escribir, sin importarme demasiado si las tabulaciones estaban
bien, si tenía que usar unas comillas en lugar de otras o cosas por el estilo.
Así que, de momento, no parece
que en esta revisión se vaya a tocar cosas como el contenido del texto en si,
sino que, por lo que he visto, la revisión está más centrada a “ordenar” el
texto. Aclarar las partes y que se entienda lo que se dice.
¿Cómo lo llevo?
Pues por el momento bien. Me
gusta la novela, creo que es algo que puede aportar algo diferente (o al menos
a mí me lo aporta) y voy a trabajar en ella para mejorarla.
P.D.: Aún no hemos entrado en
temas de portada ni nada de eso. ¡Aún queda mucho para llegar ahí!
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